por Monta-Man

Con sólo 7,5 cm de plástico y la configuración mas simple que se pueda imaginar, resulta difícil pensar como este juguete ha llegado a convertirse en uno de los mas vendidos de todos los tiempos y sin duda uno de los mas longevos.

Es casi imposible encontrar a algún treintañero que no haya jugado con estas sencillas figuras durante su infancia ylas recuerde con añoranza. Y es que prácticamente todos los que fuimos niños en los ochenta recordamos estos sencillos juguetes como un icono de aquella época, en las que pasábamos las tardes después del cole disfrutando de trepidantes aventuras con indios y vaqueros, caballeros medievales de reluciente armadura en sus imponentes castillos , policías persiguiendo delincuentes imaginarios o sencillamente construyendo calles y carreteras con la serie de construcción de playmobil (en aquella época aún era Famobil en España) , la cual por desgracia es la única de las series que de mayores para algunos se convirtió en realidad.

La marca Playmobil que da nombre a este mundo de juguetes es propiedad de la empresa Geobra Brandstätter GMBH, de nacionalidad alemana. Su cuartel general está ubicado en Zirndoff, Alemania, por supuesto, pero cuenta con empresas subsidiarias que fabrican este producto en un decena de paises, entre ellos España, Francia, Grecia e incluso la pequeña Malta. Icluso cuenta con una red de parques de atracciones llamados “Fun Park” en Grecia, Malta, Francia, USA y Alemania. Hagamos un poco de historia para saber como hemos llegado a esto. En 1876 un cerrajero alemán de nombre Andreas Brandstätter fundo su empresa de cerrajería y elementos metálicos en la ciudad de Furth en Baviera, la cual fue el germen de la actual compañía. La empresa paso a ser dirigida por su hijo Georg en 1908 cambiando su nombre por el de Metallwarenfabrik Georg Brandstätter, y en 1921 traslado la planta de producción a su ubicación actual en Zirndorf.

Durante los años treinta la empresa se dedicó a la fabricación de teléfonos, cajas registradoras y artículos para tiendas de juguetes basados en el metal, cambiando su nombre por del de Geobra, abreviatura de Georg Brandstätter. En los cincuenta, el que era en aquel momento propietario de la compañía, Horst Bandstätter (el negocio, obviamente, sigue siendo familiar) decidio dar un golpe de timón a la compañía y empezar a buscar nuevas oportunidades de negocio centrándose en la fabricación en plástico, material en pleno desarrollo en aquellos años, algo que sin duda fue vital para que ahora se escribiese sobre este tema. En 1958 se lanzaba mercado el Hula Hoop de la mano de una compañía Los Angeles llamada Wham-O, la cual nunca puedo conseguir la patente de dicho artículo puesto que desde hacía siglos se conocían juguetes similares en todo el mundo, con la diferencia de que este nuevo diseño se basaba en el Marlex, un plástico recién inventado y que alcanzo fama mundial gracias a este juguete.

La fiebre del Hula Hoop se desataba en todo el mundo y Horst Brandstätter no quería quedarse atrás. Horst, que se había formado técnicamente en el trabajo con moldes y la extrusión de plásticos, (y aprovechando que no habían ninguna patente registrada para este juguete) trabajó sin descanso durante dos semanas hasta que terminó de fabricar una máquina con la cual poder moldear Hula Hoops y no perder esa gran oportunidad de negocio. El fenómeno del Hula Hoop desapareció casi tan rápido como había aparecido, pero para entonces Geobra había obtenido pingües beneficios de aquellas maquinas creadas por Horst, las cuales, basadas en la inyección de aire a presión, aún debían darle mucho rendimiento.

Geobra empezó entonces a fabricar juguetes en plástico, creando el primer prototipo de playmobil, un sencillo coche de carreras de una sola pieza y de gran tamaño. Pronto la compañía se expandió hacía la fabricación de juguetes y artículos para el tiempo libre, obteniendo grandes beneficios, que le llevaron a abrir una segunda planta en Dietenhofen, en 1969 y una tercera en Malta en 1971. Llegan los años setenta y con ellos la crisis del petróleo, algo fatal para cualquier empresa cuya actividad se basara en el plástico, derivado del petróleo, cuyo precio ascendió vertiginosamente, lo que llevó a Geobra a tomar medidas drásticas para mantener la empresa a flote. Horst Brandstätter puso su atención en unas ideas que habían sido propuestas por el jefe del departamento de desarrollo de Geobra, Hans Beck, las cuales eran unas pequeñas y sencillas figuras con accesorios que prometían una buena relación entre inversión y rentabilidad. Aquí fue donde nacieron las figuras que conocemos como Playmobil.

El nuevo juguete fue presentado en la feria de Nürnberg en 1974, y fueron todo un éxito. Aclamadas por los niños y sus padres, el éxito no ha cesado aún.

El juguete originalmente se lanzó con tres series principales, indios, caballeros medievales y construcción. Mas tarde aparecieron nuevas series, y también figuras femeninas, además de varias modificaciones a lo largo de los años, como las manos móviles, lo diferentes pelos, piernas con botas, zapatillas o incluso clicks descalzos, niños, clicks multirraciales, etc… Pero siempre manteniendo la base con la que fue creada por Hans Beck, la sencilla idea de un dibujo de un niño, una cara redonda y sonriente, sin nariz ni orejas, y formas sencillas pero identificables.

Geobra licenció durante los años 70 y 80 a varias compañías para fabricar estos juguetes, como fue el caso de España, donde bajo el nombre de Famobil, la marca Famosa fabricó y comercializó multitud de referencias de Playmobil en su planta de Onil, Alicante, entre los años 76 y 83, algunas de las cuales solo se fabricaron exclusivamente para España. Así mismo otras compañías fuera de Alemania fabricaron estos juguetes, como es el caso de Antes en Argentina, Trol y Estrela en Brasil, Schaper y Mattel en USA, Lyra en Grecia, Marx Toys (que le dio el nombre de playpeople) en Reino Unido, y diversas compañías en México y Japón.

Mas de 30 años de historia de este juguete han conseguido que se haya extendió por casi todo el mundo y ahora a una segunda generación de niños. Algunos de esos treintañeros y algunos mas jóvenes, disfrutamos de estos juguetes de una forma diferente, a través del coleccionismo, rememorando nuestra infancia en busca de aquellas figuras, castillos, coches, casas y demás que perdimos con el paso del tiempo en alguna mudanza, entre trastero y trastero, o de la mano de algún primo o vecino demasiado amigo de lo ajeno, o aquellas cajitas que siempre admirábamos embobados en la juguetería de nuestro barrio y que nunca nos trajeron los reyes por que el salario de nuestros “reyes” no daba para mas y que actualmente se han convertido en objeto de coleccionista alcanzando cifras astronómicas. No es difícil ver en sitios como eBay algunas cajas con mas de 20 años que se llegan a vender por mas de 300€ y en algunos casos hasta el doble dependiendo de la antigüedad y el estado de la caja. Una caja con mas de 25 años que jamás haya sido abierta tiene un valor incalculable para un coleccionista.

 

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